Cuando las cosas no salen como esperábamos, hay un «audio» o conjunto de pensamientos que se reproducen automáticamente en nuestra mente. Es nuestra programación inconsciente.
¿Le has prestado atención a lo que te dices? En esos pensamientos encontrarás tus creencias más profundas. Es la “explicación” que te das para llenar los huecos de todo lo que no preguntas pero das por hecho. En palabras de Eckhart Tolle: «el ego es la mente no observada».
Por ejemplo, una persona va a una entrevista de trabajo y no le llaman para avisarle si lo obtuvo. Si esa persona tiene la creencia de no ser suficiente, pensamientos de este tipo comenzarán a aparecer en su mente: «seguramente había alguien mejor preparado que yo», «debe ser porque me equivoqué en la pregunta que me hicieron», «seguro es porque no sé hablar inglés/no fui a la mejor universidad/no sé usar Excel…».
La verdad es que, mientras no se lo digan, esa persona no sabe por qué no le han llamado. Puede ser cualquiera de esas opciones, sí, pero también porque no han tomado la decisión, porque el jefe salió de vacaciones, porque la persona está sobre-calificada para el puesto, porque no corresponde al perfil que buscan, porque se canceló la vacante… o un largo etcétera.
Vivimos apegados a esas historias y a esos pensamientos porque los tomamos como verdad, sin cuestionarlos. Y resulta que son producto de lo que nos sucedió en el pasado, incluso de lo que fue verdad para los que vinieron antes de nosotros.
Observarás que, sin importar la situación (no conseguir el trabajo, terminar una relación importante para nosotros, reprobar un examen) el contenido de ese «audio interno» siempre es el mismo.
En otras palabras, nuestra experiencia interna de lo que sucede afuera siempre será «igual» si la información que llevamos dentro no es cuestionada.
Cada vez que esos pensamientos comienzan a reproducirse automáticamente, es una oportunidad para observarlos con conciencia y elegir seguir tomándolos como verdad o dejar entrar información nueva.
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