Elegir, no juzgar

Nuestro derecho es a elegir, no a juzgar.

Cada quien está recorriendo su propio camino. No importa cuál sea, pues al final todos llevan al mismo lugar: a encontrarse a uno mismo.

Cuando el camino del otro sea diferente al de nosotros, o no sea el que creemos que debería tomar, no nos corresponde hacer un juicio sobre ello, sino simplemente volver a poner el enfoque en el nuestro.

Mientras que juzgar nos mantiene fuera de nosotros y dando vueltas en el mismo lugar, elegir nos permite crear una experiencia. Cuando lo hacemos de forma consciente, más allá del resultado, recorrer el camino es lo que nos enriquece.