¿Cuál fue el último consejo que diste? Era para ti.
Puesto que, la mayoría de las veces, proyectamos en el otro nuestro propio mapa mental (creencias, programación inconsciente), podemos aprovechar para hacer un ejercicio de forma consciente. Es decir, mientras creemos que estamos ayudándole a los demás a arreglar su mundo, arreglar el nuestro.
Una vez que las palabras hayan salido de tu boca, préstales atención y aplícalas a la situación que en este momento estés viviendo. En especial si diste un consejo no pedido.
Puede resultar muy revelador.

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