La siguiente frase de Ram Dass provoca una importante reflexión:
«No puedo hacer nada por ti, excepto trabajar en mí. No puedes hacer nada por mí, excepto trabajar en ti».
Todo esfuerzo o intento por cambiar al otro, todo pensamiento de que éste debería hacer esto o aquello; toda esa energía necesita ser re-dirigida hacia nosotros.
Nuestra energía no es útil fuera de nosotros, porque ahí no puede crear.
Piensa en esa persona que te preocupa o te molesta, porque crees que tiene que cambiar o hacer algo distinto: padres, hijos, pareja, jefe. Dile en voz alta el consejo que le darías para lograrlo.
¿Listo?
Ahora dirígete esas palabras a ti mismo. Sorpréndete al reconocer que la energía que estabas destinando al otro, en realidad necesita ser enfocada en ti. Es solamente con nuestro ejemplo, producto de nuestro trabajo interno, como podemos inspirar al otro a trabajar en sí mismo.
En otras palabras, el cambio que tanto anhelamos en el otro es el que tenemos que hacer en nosotros mismos.
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